Discurso del Ministro Principal en el Día de Gibraltar en Londres – C673

Discurso del Ministro Principal en el Día de Gibraltar en Londres 

Gobierno de Gibraltar

Discurso del Ministro Principal en el Día de Gibraltar en Londres 

Gibraltar, 14 de octubre de 2024

Fabián Picardo, durante su discurso

Señorías, Excelencias, Ministros, Parlamentarios y nuestros queridos ex Gobernadores,

distinguidos invitados, damas y caballeros,

Qué placer es darles la bienvenida a este brillante evento en lo que se conoce oficialmente como 30, St Mary Axe. El lugar que el mundo ha llegado a conocer, más coloquialmente, como The Gherkin.

Es un lugar que representa la Gran Bretaña moderna.

Y nuestro hogar, Gibraltar, es también un lugar que representa con orgullo a la Gran Bretaña moderna y del que la Gran Bretaña moderna puede estar orgullosa.

Porque no somos un lugar de colonialismo, a pesar de nuestro estatus en el derecho internacional.

No somos un lugar de un imperio que se desvanece y una influencia menguante.

Ni mucho menos.

Somos el principal centro de negocios digitales en el ámbito de los juegos en línea.

El principal lugar de elección para todo tipo de pólizas de seguros vendidas en el Reino Unido.

Y no sólo seguros de vehículos, sino también de viajes y mascotas.

Un lugar que contribuye a los consumidores británicos ofreciendo más opciones y manteniendo bajos sus precios.

Pero no un lugar de fuga de impuestos para el Ministro de Hacienda.

Porque todos nuestros operadores pagan en el Reino Unido los impuestos devengados por las actividades realizadas en el país.

No somos un lugar de evasión o elusión fiscal. Y hay que acabar con ese mito.

Así pues, la primera mujer Ministra de Empresa de Gibraltar tiene una buena historia que contar a la primera mujer Ministra de Hacienda del Reino Unido.

Y estamos a la vanguardia de mucho más.

Somos un lugar de importancia militar estratégica ahora, como siempre lo hemos sido.

No somos ningunos rezagados en materia de igualdad.

Lejos de ello, cuando se trata de derechos sexuales y reproductivos estamos a la vanguardia.

Y con más medidas socialmente progresistas que se debatirán próximamente.

¿Por qué? Porque somos un lugar tan moderno como el resto de Gran Bretaña, con todo lo que ello conlleva.

De hecho, ya sea en el ámbito de los negocios o del progreso social, el Reino Unido tiene muchos motivos para estar orgulloso de cómo se ha desarrollado Gibraltar en las últimas décadas.

Con la igualdad como prioridad de nuestra política social.

Con la transparencia, la rendición de cuentas y la responsabilidad social como prioridades de nuestra política comercial.

Y con el compromiso y la lealtad como prioridades cuando se trata de apoyar las instalaciones militares de Su Majestad en el Peñón.

Pero esta noche quiero hablarles también de lo orgullosos que pueden estar de la posición política de Gibraltar en la ecuación europea.

Desde 2016, hemos sostenido que queremos mantener estrechos vínculos con la UE.

Resulta manido recordarles que el 96% de nosotros votó a favor de permanecer en la Unión Europea.

Hemos negociado con éxito nuestro papel en el Acuerdo de Retirada para no sufrir un Brexit duro.

Hemos negociado con éxito los acuerdos provisionales en vigor en la frontera de Gibraltar para que, desde la salida del Reino Unido de la UE, los residentes en el Peñón estén exentos del sellado, a pesar de algún que otro tropiezo aquí y allá.

Y, con madurez, en la más estrecha colaboración con el Reino Unido, y con el corazón y la mente abiertos, hemos hecho ofertas equilibradas y razonables para resolver las últimas cuestiones en litigio en nuestra negociación en curso con la UE.

Hemos hecho propuestas generosas que evitan cualquier concesión en materia de soberanía por nuestra parte o por cualquier otra parte de la negociación.

Hoy he vuelto a hablar largo y tendido con el Ministro de Asuntos Exteriores, [David] Lammy, antes de que se reuniera con el Ministro de Asuntos Exteriores español en Luxemburgo.

Hemos diseñado propuestas que garantizan la seguridad del espacio Schengen y la integridad del mercado único.

Y, todo ello, sin exigirnos a nosotros ni exigir a ninguno de nuestros socios negociadores que nadie ceda en ninguno de nuestros fundamentos históricos.

No ha sido fácil.

Pero Kennedy lo dijo mejor cuando explicó que Estados Unidos eligió ir a la luna en los años sesenta, no porque fuera fácil, sino porque era difícil.

Porque lo fácil hubiera sido sucumbir a la desesperación que el Brexit engendra en tantas personas en Gibraltar y en el Campo.

Culpar a otros.

Culpar a Cameron, a Johnson, a Farage e incluso a Junker y Merkel si quisiéramos.

En Gibraltar, también podemos hacer que todo sea culpa de Rajoy, de Margallo, de Sánchez o incluso de Albares.

Pero este es un momento para gente seria.

Para pensar en serio y para que los adultos serios tomen las decisiones serias que tenemos que tomar para prevenir el conflicto y no avivarlo.

Por supuesto, podemos fracasar.

Pero no debemos fracasar por no intentarlo. Por falta de imaginación.

O por falta de determinación.

Porque el mundo es ahora un lugar menos seguro que en 2016.

De hecho, mi papel ahora como Ministro Principal socialista del territorio más preciado del Mediterráneo es emular el pensamiento de la más conservadora de los Primeros Ministros del Reino Unido.

Como dijo la Sra. Thatcher en su elección, citando a San Francisco de Asís:

“Donde haya discordia, que traigamos armonía … Y donde haya desesperación, que llevemos esperanza”.

Si podemos hacer todo eso, sin exigir concesiones, debemos hacerlo.

Y creo que podemos.

Aunque estamos preparados por si no podemos. Pero hemos de seguir intentándolo.

Y por eso vamos más allá.

Por eso el brillante equipo oficial dirigido por Michael Llamas y Daniel D’Amato, por la parte de Gibraltar, y Lindsay Appleby y Robbie Bulloch, por la del Reino Unido, está yendo más allá de lo que cuando empezamos pensábamos que solo era una maratón.

Queridos amigos, esta negociación para un Tratado entre el Reino Unido y la UE ha dejado de ser una maratón para convertirse en un doble Iron Man, con el objetivo similar al de alcanzar la cima del Monte Everest.

Pero ninguno de nosotros va a parar hasta que lo hagamos bien.

El incidente de la semana pasada, cuando el fantasma del sellado se convirtió en una realidad momentánea en nuestra frontera, no es más que un aperitivo desagradable de lo que sería un No Acuerdo.

Estamos preparados. Por supuesto que lo estamos.

Como demostramos correspondiendo, más con tristeza que con ira, en cuestión de horas.

Porque sabemos que no podemos lograr un resultado negociador satisfactorio sin prepararnos para un resultado no negociado.

Pero mi deber, mi obligación y mi compromiso con mi pueblo es garantizar que alcancemos un acuerdo, si ello es posible.

Y no sólo un acuerdo que funcione para uno de los que estamos en la mesa.

Debe funcionar para TODOS los que estamos en la mesa.

Y, lo que es más importante, el acuerdo que surja debe contar también con el consentimiento democrático del pueblo de Gibraltar.

Queridos amigos,

Llegué a la política hace 30 años para decir NO a ciertas cosas si alguna vez nos las pedían.

Pero no llegué a la política para decir NO a todo.

También vine a la política para decir sí a las cosas que no requieren concesiones y que pueden liberar, por fin, el enorme potencial que Gibraltar y la región que nos rodea pueden liberar en beneficio mutuo.

Y, si podemos aprovechar ese potencial y hacerlo crecer exponencialmente en acuerdos modernos y viables con la UE y nuestros vecinos, entonces no estaremos hablando sólo de prosperidad conjunta.

Habremos construido un mañana nuevo y mejor.

Habremos sido artífices de un futuro del que sentirnos orgullosos.

Mejor incluso que las esperanzas de nuestros antepasados y los sueños de los más ambiciosos de nuestros hijos.

Porque los momentos de crisis aparente también crean ocasiones para aprovechar oportunidades que quizá nunca vuelvan a presentarse.

Y, si estamos a la altura de la tarea, entonces habremos conseguido del Brexit un éxito que tantos detractores esperaban que fuera nuestro fin.

La pelota está ahora en el tejado de España.

Nuestras propuestas para resolver las últimas cuestiones objeto de disputa son justas, equilibradas y respetuosas con el acervo de Schengen y del mercado único.

Espero que no tarden en aceptarlas o en proponer derivadas aceptables.

A nuestros interlocutores españoles les digo:

Vayamos más allá y moldeemos el futuro, tal y como se merecen nuestros hijos y NO como se hizo tan injustamente con nuestros padres y abuelos a ambos lados de la cruel frontera franquista.

Seamos la generación de políticos que rompa el molde de la confrontación y entreguemos el futuro que inspire al resto del mundo fracturado en el que vivimos.

A José Manuel Albares y Pedro Sánchez, políticos progresistas a los que admiro como compañeros socialistas, les ofrezco la mano de Gibraltar de amistad, cooperación y éxito socioeconómico mutuo para nuestro pueblo.

Ofrezco soluciones que nos permitan progresar y mejorar la vida de cientos de miles de personas.

Ofrezco soluciones que desterrarán la discordia y la desesperación y las sustituirán por la armonía y la esperanza de un futuro lleno de oportunidades en Gibraltar y el Campo que puede ser —que será— la envidia del mundo.

Para que, juntos, hagamos de Gibraltar y la comarca del Campo de Gibraltar el centro digital preeminente del flanco sur de Europa.

Para que los jóvenes de la zona nunca vuelvan a pensar en cualquier tráfico ilícito como la única vía para triunfar.

Y para que la pequeña parte británica a la que represento pueda erigirse con orgullo como un eje geoestratégico que UNA y no divida.

Queridos amigos, generaciones de conflicto pueden dar paso a generaciones de cooperación.

Pero todo esto depende de este momento.

La historia ha conspirado para presentarnos una bifurcación en el camino. Una elección que no tendremos más remedio que realizar.

Una ruta apunta hacia la confrontación continuada, que tan bien conocemos, y por la que navegaremos con éxito si es necesario.

La otra, sin embargo, apunta hacia una nueva cooperación, un nuevo entendimiento y un nuevo nivel de éxito del que nuestros antepasados y nuestros sucesores puedan sentirse igual y justamente orgullosos.

Y, todo ello, sin concesiones por ninguna de las partes negociadoras en ninguna de sus posiciones fundamentales.

Todo ello con la salvaguarda de nuestras respectivas posiciones sobre soberanía, jurisdicción y control y sin cuestionar las del resto.

Pero se acerca el momento de la decisión.

Y ninguno de nosotros debe quedarse corto cuando llegue ese momento. Ninguno de nosotros debe pensar en sí mismo.

Todos debemos pensar, ante todo, en nuestro pueblo. En nuestros hijos, en particular.

Mientras el Reino Unido intenta recomponer su relación con Europa, nosotros podemos convertirnos en los pioneros de esa cooperación post-Brexit.

Seguiré siendo optimista de que podemos conseguirlo.

Aunque, si no, sé que el Reino Unido estará ahí para apoyarnos.

Y sé que todos ustedes en esta sala serán la columna vertebral de ese apoyo.

Pero, por ahora, me complace dejarles con un hombre con un reto mayor que el mío.

Mientras que yo sólo necesito que España, la Comisión Europea y el Ministro de Asuntos Exteriores se pongan de acuerdo, él está intentando hacerlo veintisiete veces.

Un juego de niños, sin duda, para el Honorable Nick Thomas Symonds…

Comunicado en pdf con original en inglés incluido.

Nota a redactores:

Esta es una traducción realizada por el Servicio de Información de Gibraltar. Algunas palabras no se encuentran en el documento original y se han añadido para mejorar el sentido de la traducción. El texto válido es el original en inglés.

Para cualquier ampliación de esta información, rogamos contacte con

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