Celebración del Bloomsday – C398 

Gibraltar celebra este año el Bloomsday el 16 de junio con artículos de escritores y programas en la GBC

Gobierno de Gibraltar: Ministerio de Medio Ambiente, Sostenibilidad, Cambio Climático, Patrimonio, Educación y Cultura

Celebración del Bloomsday 

Esta entrada se compone de:

Gibraltar, 16 de junio de 2023

Fotografía de Brian Reyes, actual editor del Chronicle
Escultura de Molly Bloom, situada en una zona tranquila de los jardines de La Alameda de Gibraltar.
La escultura fue encargada por este periódico en 2001 y fue esculpida por el antiguo editor del Chronicle, Jon Searle.

Los Servicios Culturales de Gibraltar, en nombre del Ministerio de Cultura y del Consejo Nacional del Libro de Gibraltar (Gibraltar National Book Council), rinden homenaje este año a la celebración anual de la vida de James Joyce y, en particular, a su novela ‘Ulises’. Charlie Durante, crítico literario y entusiasta del autor, ha escrito un artículo para la ocasión en el que expone qué hace que el Bloomsday sea relevante a escala local y cómo se celebra este día. El último capítulo o episodio de la novela de 732 páginas, ‘Penélope’, está ambientado principalmente en el Gibraltar de mediados del siglo XIX, y la mayor parte del capítulo se compone de los recuerdos que Molly Bloom tiene de su juventud en Gibraltar.

Además, Jonathan Pizarro, miembro del Gibraltar National Book Council, ofrece también sus impresiones y comprensión de la jornada en su columna semanal en el Gibraltar Chronicle. Estos artículos estarán disponibles en el enlace culture.gi.

Como parte de la celebración, se volverá a emitir un programa especial titulado ‘Ulises: el último capítulo’, producido por la televisión pública GBC y Charlie Durante en 2014. Se emitirá el próximo viernes 23 de junio en el programa Friday Rewind de la GBC a las 21:00 horas.

El Gibraltar National Book Council ya está valorando ideas para celebrar un acto más amplio en 2024 con motivo de esta jornada literaria tan especial.


Artículo ‘La Molly’, de Jonathan Pizarro, en la Crónica (13 de junio de 2023)

Tengo que confesar algo. No he leído todo el ‘Ulises’ de James Joyce. Tampoco es por intimidación, que es lo que suele poner nerviosos a los lectores ante Joyce en general y el ‘Ulises’ en particular. Miedo al lenguaje, a los temas, a no entenderlo, y a la extensión de la novela en sí, sus 732 páginas. Cuando crecí, asimilé la idea de que todo y cualquier cosa era válida para leer y debía estar en la estantería. En parte porque no crecí con los algoritmos de Internet diciéndome cómo pensar y sentir. También porque tuve excelentes profesores de inglés que me transmitieron todo tipo de cosas para leer, y padres que valoraban la lectura, fuera cual fuera. Así que leí cómics, literatura clásica y a Stephen King, y llegué a darme cuenta de que todo son historias, por mucho que el elitismo haya intentado poner barreras a ciertas obras literarias.

Así que mi reticencia a leer ‘Ulises’ no es por intimidación. Supongo que lo siento como un acontecimiento. Como si tuviera que hacerlo durante todo un verano y dedicarme a ello por completo. Y sigo diciéndome a mí mismo que algún día lo haré, y el libro se queda ahí guiñándome un ojo de vez en cuando.

Lo que he leído es el final del libro. Es algo que no suelo hacer, pero hace unos años descubrí que el personaje de Molly Bloom es de Gibraltar. Esta constatación me hizo sentir un poco ignorante. No sabía que había una estatua de Molly Bloom en los Jardines de la Alameda. No sabía que el pub que tanto había frecuentado en La Línea cuando vivía en Gibraltar tenía una conexión local en su nombre. Leí su soliloquio, las 22.000 palabras sin puntuación. Como un gran trago. Me fascinó la descripción que en él se hace de Gibraltar. Por las alusiones a los mitos griegos, algunos de los cuales están ambientados en nuestras costas. Como escritor, es como si alguien me hubiera dicho que cuando quisiera podía tirar el libro de reglas. Nada de signos de puntuación. Lo que más me fascinaba era la idea de la memoria ligada a un lugar, ese sentimiento de nostalgia y añoranza. Ya no vivo en Gibraltar, pero escribo mucho sobre él. Obviamente, el Gibraltar de mi obra no es real, porque escribo ficción, pero es un Gibraltar construido a partir de la memoria y la imaginación.

Fue interesante descubrir que James Joyce no vivía en Dublín cuando escribió ‘Ulises’. Era la misma idea, estaba componiendo un Dublín de su mente y de su memoria. He leído otro libro de Joyce, ‘Dublineses’. Es más bien una serie de bocetos o relatos cortos sobre la vida en Dublín. Leí el libro antes incluso de saber quién era Joyce realmente, o el impacto o legado o prestigio que tenía como escritor. Es bastante liberador leer algo así, y que te guste porque te gusta y no porque se supone que te tiene que gustar. Lo que más me sorprendió de ‘Dublineses’ fue lo gibraltareño que parecía, con sus descripciones de personajes paseando por las calles y su particular lenguaje. Siempre he querido escribir un libro así. Lo llamaría ‘Llanitos’. Historias de la calle Mayor, y de las callejuelas de la Parte Alta. De mujeres tendiendo la colada entre edificios y jóvenes que salen a Irish Town un viernes por la noche y de la riqueza oculta que encierran las viejas casas de Gibraltar. Un día.

El viernes 16 de junio es el Bloomsday. La gente corre por Dublín recreando escenas del libro, visitando lugares y leyendo fragmentos en voz alta. El Consejo Nacional del Libro de Gibraltar ha propuesto hacer nuestra propia versión en Gibraltar, para celebrar a Molly. Hay muchas ideas para el año que viene. Por lo menos debería haber empezado [a leer] ‘Ulises’ para entonces.

Esta semana está repleta de eventos literarios. El miércoles 14 de junio es el Día de la Sra. Dalloway, una celebración de la novela de Virginia Woolf que tiene lugar un «miércoles de mediados de junio». No estoy segura de si hay alguna conexión entre Gibraltar y Virginia Woolf, aparte de que ella no tuvo una reacción especialmente positiva ante ‘Ulises’. La novela sigue a Clarissa Dalloway durante un día en Londres. Se pueden hacer recorridos a pie por la ruta que sigue. Hay eventos en la Biblioteca Británica. En general, creo que lo mejor es tomarse una taza de té, leer el libro y comprarse unas flores.

Yo llegué a Virginia Woolf de la misma manera «equivocada» que a Joyce. Vi la película ‘Las horas’, que dramatiza parte de su vida, basada en una novela que utiliza la trama y el estilo de la Sra. Dalloway como plantilla para otra historia. Hay algo a favor de construir algo propio a partir de algo que vino antes, especialmente cuando te repiten una y otra vez que no tienes literatura ni cultura propias. Me gusta la idea de vagar. Escribí el cuento ‘Luz en Nueva York (1992)’, que fue finalista del Premio Aurora, basado en una idea tipo Sra. Dalloway, pero utilizando un personaje inspirado en la mujer de Camarón de la Isla y natural de La Línea, La Chispa.

Quizá no te gusten las novelas modernistas, pero espero que esta semana que viene encuentres un rato para leer. Con una taza de té o una cervecita en Eastern Beach. Lo que más te apetezca. Encuentra también algo de tiempo para escribir, si es algo que haces o que siempre has querido hacer. Los llanitos somos narradores naturales. Lo hacemos constantemente. Me he dado cuenta de ello. La calle Mayor está llena de historias. Y esas callejuelas que llevan al Peñón también. De eso tratan los libros, de historias. Y de vagar.


Artículo ‘Bloomsday’, del académico y escritor gibraltareño Charles Durante, en la Crónica (16 de junio de 2023)

El 16 de junio de 1904, un joven intelectual dublinés conoció a una aguerrida camarera pelirroja. Se enamoraron y se fugaron al continente europeo para vivir una vida de aventuras, ocasional penuria y grandes logros literarios. James Joyce, autor de ‘Ulises’ y ‘Finnegans Wake’, había conocido a Nora Barnacle, la chica de Galway que le inspiraría para crear el personaje de Molly Bloom. El propio Joyce aparecería en ‘Ulises’ bajo la identidad de Leopold Bloom, un judío irlandés, y Stephen Dedalus, un distante aspirante a artista. El trío dominaría ‘Ulises’, la novela modernista ambientada en Dublín aquel fatídico 16 de junio de 1904.  

Joyce celebró su encuentro con Nora situando toda la acción de ‘Ulises’ en ese día. Irlanda, aunque inicialmente contraria a lo que se consideraba una novela obscena y crítica anticatólica, aprendió a apreciar el valor único de lo que había logrado uno de sus hijos más prestigiosos. ‘Ulises’ se ha convertido en sinónimo de complejidad, exhaustividad, experimentación y audacia literaria.   

Bloomsday celebra ahora la incomparable cartografía que Joyce hizo de la ciudad de Dublín y sus pintorescos habitantes, con visitas a sus pubs, una iglesia, el cementerio, un hospital de maternidad, un burdel, la biblioteca nacional, los baños públicos, el paseo marítimo y la torre Martello, donde comienza la odisea de un día.

Los dublineses son retratados con su garrulería, sus hábitos de bebida, su legendaria hospitalidad, su gregarismo y su cordialidad. Conocemos a Blazes Boylan, el hombre de la ciudad con buen ojo para las chicas, que seduce a Molly a las cuatro de la tarde en su propia casa; al Ciudadano, nacionalista fanfarrón, siempre bebiendo, antisemita e intolerante; a los bibliotecarios que discuten Hamlet y son sometidos a las extravagantes ideas de Stephen sobre la vida amorosa de Shakespeare; a Gerty MacDowell, que se levanta la falda para excitar a ese mirón empedernido que es Bloom. Aunque Joyce satiriza muchos aspectos de la vida dublinesa, los personajes son presentados con cariño, con sus entrañables rarezas, su socarrón sentido del humor, su afición a la floritura retórica, su profundo apego a su ciudad. La principal sátira de Joyce está reservada a la Iglesia Católica y a la presencia imperial británica, dos amos que Stephen está decidido a repudiar. 

El Bloomsday es ahora una larga fiesta callejera con bailes, banquetes, música y lecturas de la novela. Un libro que en 1922 fue proscrito y vilipendiado por obsceno e inmoral, ahora se considera la personificación del espíritu irlandés, especialmente del carácter único de la ciudad de Dublín y sus ciudadanos. Ese día es costumbre vestirse como Bloom, con traje negro, bombín y bastón, como un mediocre vendedor de anuncios de la época eduardiana; las mujeres llevan vestidos con vuelo y escote profundo para emular el escote de Molly. El propio Joyce aparece con sus gruesas gafas oscuras, su bigote bien recortado, su chubasquero, su chaleco de colores y sus zapatos de charol. Por supuesto, también se pasea con su planta de fresno.

Lo que hace que Bloomsday sea relevante y desafiante a nivel local es el último capítulo, Penélope, que se desarrolla principalmente en el Gibraltar de mediados del siglo XIX. Todo el capítulo se compone de los recuerdos de Molly sobre su juventud en Gibraltar. Molly es hija de una judía española, Lunita Laredo, que, asombrosamente, está enterrada en el cementerio judío de North Front, y del mayor Tweedy, un militar irlandés destinado en Gibraltar. Penélope está salpicada de referencias locales: Bell Lane, la catedral católica con el padre Villaplana y el rosario que le regaló a Molly, el Castillo Moro, los Jardines de la Alameda, la Bahía extendida bajo la luz dorada de un atardecer, Spy Glass y Aix House con su pan premiado. Aunque parezca increíble, Joyce nunca visitó Gibraltar, pero se las arregló para extraer de sus lecturas suficientes detalles y colores locales como para crear una imagen creíble de este destacamento del imperio cuando Gran Bretaña aún era temida y su poder era incuestionable. Sin embargo, Molly prefiere la mezcla social, sexual y racial de la fortaleza a su estricta función militar. Joyce emplea a Molly como crítica abierta al militarismo británico y derrocha todo su poder poético en sus últimas palabras de la novela, que terminan con su repetido y orgásmico ‘sí’, pronunciado bajo el muro del Castillo Moro. En cierto modo, el Bloomsday es también el día de Gibraltar, aunque nunca se haya celebrado aquí.   

Comunicado en pdf con original en inglés incluido

Artículo ‘La Molly’, de Jonathan Pizarro, en la Crónica (13 de junio de 2023)

Artículo ‘Bloomsday’, de Charles Durante, en la Crónica (16 de junio de 2023)

Nota a redactores:

Esta es una traducción realizada por el Servicio de Información de Gibraltar. Algunas palabras no se encuentran en el documento original y se han añadido para mejorar el sentido de la traducción. El texto válido es el original en inglés.

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