InfoGibraltar
Leandro Pérez, autor de La Sirena de Gibraltar: “Gibraltar guarda una personalidad muy definida en un mundo de franquicias”
-“Ojalá alguien diera con la tecla para que no hubiera ningún problema con Gibraltar”
-El autor eligió Gibraltar como escenario para la segunda aventura de Juan Torca
-“No descarto que algún día salga a la luz El Diario de Maddie Cruz”
Gibraltar, 8 de febrero de 2017
La Sirena de Gibraltar es el segundo libro de Leandro Pérez, un burgalés de 1972, periodista, emprendedor y, sobre todo ahora, escritor. Además, la sirena de Gibraltar es Maddie, una gibraltareña, gemela de Lisa y hermana pequeña de Rebecca, Becca, Cruz, “una sirena andaluza con la cola forrada de hormigón”. Andaluzas las tres por parte de padre y gibraltareñas por parte de madre y bellas las tres, pero, especialmente, las gemelas “porque no me puedo imaginar a una sirena fea; si era una sirena tenía que ser cautivadora”, confiesa el autor entre risas.
Cautivadora es la novela, que en algo menos de 350 páginas nos hace discurrir por una vertiginosa semana en la que volvemos a encontrarnos a Juan Torca, ya presente en Las Cuatro Torres, y al que alguien definió como un “héroe turbio”[1] que, como cualquier héroe que se precie, queda embelesado por la historia de las sirenas.
Es, pues, una novela sobre Torca, un hombre que “más que un investigador, es un superviviente, un tipo solitario pero fiel a su gente”[2], pero, con todo, es una novela de mujeres: de las que fueron (Torca es viudo), de las que son (Torca es algo vividor) y de las que embelesan.
Gibraltar solo como escenario
En esa semana de acción, el autor nos pasea por ciudades como Madrid, Bilbao y Marbella y, nos permite decirlo sin adelantar trama, por Gibraltar: “Gibraltar estuvo ahí desde el primer momento como un escenario. Esta novela podría haber sido ‘La Sirena de Andorra’, pero pensando en el Manzanares, pensando en el agua, pensando en nadar, llegué al Estrecho. Me acordé de la pionera, Mercedes Gleitze, la primera persona que cruzó el Estrecho a nado, y pensé que mis personajes tenían que ser sirenas. Y Gibraltar tenía que ser el lugar de donde fueran mis sirenas y adonde tenía que ir mi Juan Torca en algún momento”.
“Cuando uno escribe una novela –explica Leandro Pérez– tiene que ir tallando cada pieza del puzle y luego ya juntas todas y lo conformas. Por eso, al coincidir mi trama con el 300 aniversario del Tratado de Utrecht, esa nadadora, que podía haber sido de Algeciras o podía haber sido de Sevilla, a mí me encajaba que fuera del Estrecho, que cruzara el Estrecho y que fuera de Gibraltar”.
Pero el que lea este libro, que no espere una novela política ni un posicionamiento de ningún tipo. Aunque “el lector puede pensar que todo esto es por un oscuro motivo, puede ser un detonante al principio, pero es solo una excusa para que la novela vaya luego por otro lado”. “No quiero que mi novela se lea de forma política. Me gustaba esa idea de ver que Gibraltar es un lugar donde hay gente de muchos lugares –alarga el muuuchos–, donde puede haber perfectamente familias hispanobritánicas, y darles un pasado a esas personas que fuera real, sin entrar en motivos políticos”. En definitiva, Gibraltar es solamente un escenario.
Sobre política
La novela, aunque como telón de fondo, está pegada a la realidad, a la del verano de 2013. El autor asegura que para documentarse leyó periódicos, libros y documentos gráficos de todo signo que le permitieron observar que sobre Gibraltar “siempre hay dos versiones contrapuestas y sobre las que yo, como narrador, no me decanto ni por una ni por otra. Simplemente están ahí”. Aunque, filosófico, concluye: “Como decía Platón: verdad solo hay una”.
Por esta razón, porque solo hay una verdad y los ciudadanos deben conocerla, Leandro Pérez apela a la política con mayúsculas: “La política siempre es necesaria. La buena política y la alta política”, matiza. “Ojalá tanto en España como en Reino Unido o como en Gibraltar haya excelentes políticos que puedan resolver el conflicto, porque está claro que algo sí que hay. Ojalá alguien diera con la tecla para que no hubiera ningún problema con Gibraltar”.
Ese “algo” lo sintetiza Pérez en el burgalés como español medio: “Siempre te responderá ‘Gibraltar, español’, como tema recurrente y como frase ya hecha. Quizá es más un deseo que una necesidad. Luego el turista va a Gibraltar igual que puede ir a Tánger o a Ceuta o a Sevilla. Y, por eso, mi Juan Torca, cuando llega a Gibraltar, no saca una bandera y empieza a gritar. En mi novela no juzgo y no tengo que hacer equilibrios”.
Gibraltar, sitio distinto
El caso es que, efectivamente, Torca tiene que entrar en Gibraltar. “Yo quería que entrara en moto, pero por el desarrollo de la novela no podía”, finge lamentarse el escritor para no desvelar la trama del libro.
Pero para eso, primero tenía que haber entrado Leandro Pérez. Cuenta que él ya había estado alguna vez en el Peñón, simplemente como turista, pero que cuando fue a documentarse lo hizo de otra manera. De la mano de un amigo, al que recuerda en los agradecimientos del libro, recorrió Gibraltar… corriendo. Igual que le hubiera gustado que lo hiciera Juan Torca… Sin embargo, una vez más, la realidad de Torca en ese momento era otra y tampoco pudo rodear el Peñón de noche, como sí hizo su creador en una experiencia que recuerda fascinante. “Pero yo no soy corredor profesional, así que fuimos por lo llano –ríe–, cuatro kilómetros de ida y cuatro de vuelta, desde el hotel flotante donde estábamos [Sunborn] hasta la entrada del túnel que aparece en el libro [Dudley Ward]. Y además, por la noche, fue una gran experiencia”.
¿Que cuál es la primera impresión de Gibraltar para Leandro Pérez escritor? “Gibraltar es un lugar distinto. Por su gente, sus calles, su ambiente, es un lugar distinto. No se parece a casi nada. Rincones que en otros lugares hubieran derribado, ahí siguen con su encanto. Además, Gibraltar guarda una personalidad muy definida en un mundo de franquicias. Por tener, y seguramente debido a la falta de espacio, aún tiene hasta ultramarinos de los que había antes tantos por toda España”.
Entre esos lugares con encanto, dentro de ese Gibraltar, sitio distinto, Leandro Pérez, sin destripar el argumento, sí quiso destacar uno por encima de todos a los ojos de un escritor: La Caleta. “El turista conoce lugares emblemáticos, como Main Street o el Peñón, pero corriendo me topé con La Caleta. Y de noche. Y pensé: aquí tienen que pasar cosas. Buf”. Y vaya si pasan.
Suceden tantas cosas y de una manera a veces tan cinematográfica que Leandro Pérez ya ha oído cantos de sirena de que es un libro del que podría salir una película.
En definitiva, La Sirena de Gibraltar, editada por Planeta, es un canto atrayente, en ocasiones bello, en ocasiones bestia, un canto que muestra, pero también un canto que sugiere. Sobre todo, en la parte que el autor dedica a una de sus partes favoritas, el diario de Maddie Cruz, las palabras escritas por una de las sirenas, que hilan la trama y nos muestran la parte que Torca no ve. “Yo no puedo decir si Torca vuelve a Gibraltar o si volveremos a ver a la familia Cruz. Lo que sí que puedo decir es que del diario de la sirena he pensado en algún momento escribir otros fragmentos previos a la trama de la novela y otros ambientados en la época actual y así darle voz a esa mujer gibraltareña, a esa sirena y a sus hermanas. Además, El Diario de Maddie Cruz suena muy bien’, ¿no?”.
(Las fotografías del autor que acompañan a este texto es preciso acreditarlas a Jeosm).
Nota a redactores:
Esta es una información elaborada por la Oficina de Información de Gibraltar.
Para cualquier ampliación de esta información, rogamos contacte con
Oficina de Información de Gibraltar
Miguel Vermehren, Madrid, miguel@infogibraltar.com, Tel 609 004 166
Sandra Balvín, Campo de Gibraltar, sandra@infogibraltar.com, Tel 637 617 757
Eva Reyes Borrego, Campo de Gibraltar, eva@infogibraltar.com, Tel 619 778 498
Web: www.infogibraltar.com, web en inglés: www.gibraltar.gov.gi/press-office
Twitter: @InfoGibraltar