Discurso del Ministro Principal de Gibraltar, Fabián Picardo, ante el Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas – A053

Discurso del Ministro Principal en la ONU

 
 
GOBIERNO DE GIBRALTAR
 
Discurso del Ministro Principal de Gibraltar, Fabián Picardo,
ante el COMITÉ ESPECIAL DE DESCOLONIZACIÓN
DE LAS NACIONES UNIDAS
 
Sede de la Organización de las Naciones Unidas
en Nueva York, lunes 15 de junio de 2015
 
 
Señor Presidente:
 
Permítame comenzar felicitándole por su renovación de mandato como presidente de este prestigioso Comité de las Naciones Unidas.
 
Me dirijo a ustedes este año en el que se cumple el 75º aniversario de la evacuación de la población civil de Gibraltar durante la Segunda Guerra Mundial.
 
Nuestro pueblo quedó disperso entre Londres, Irlanda del Norte, Jamaica y Madeira mientras la guerra causaba estragos en el continente europeo. No obstante, todos anhelaban volver a su único hogar: el imponente Peñón de Gibraltar.
 
Esa diáspora de nuestro pueblo nos hizo madurar de muchas formas, y la batalla que libramos para regresar a Gibraltar fue el preludio del nacimiento de nuestra conciencia política común.
 
La llamada «Generación de la Evacuación» conformó esa conciencia.
 
No se arredraron ante el fascismo devastador.
 
No pestañearon cuando se les pidió que hicieran enormes sacrificios.
 
Con el coraje que distingue al pueblo de Gibraltar, ELLOS crearon la nación gibraltareña fuerte, justa y ecuánime que tengo el honor de presidir hoy.
 
Por eso les dedico a ellos este discurso hoy.
 
Para honrar a su generación.
 
Para agradecerles su trabajo incansable, su sacrificio sin vacilación.
 
Para recordar el sueño de su amada Gibraltar, que ELLOS mantuvieron vivo en medio del horror de la guerra.
 
Sus esfuerzos terminaron desembocando, varias generaciones después, en la redacción de nuestra actual Constitución de 2006, que representa el actual grado de autogobierno alcanzado por Gibraltar.
 
Con anterioridad hemos presentado esa Constitución a este Comité y hoy hemos vuelto a enviar una copia a la Secreta ría.
 
Les hemos pedido que nos digan si con esta Constitución se alcanza el máximo nivel posible de autogobierno previo a la independencia, o qué falta para que determinen que hemos alcanzado ese estado de autonomía política que se requiere para que nos excluyan de la lista [de territorios a descolonizar].
 
Sobre esta cuestión, ustedes nos han despachado con el más absoluto de los silencios.
 
 
Les reitero nuestra petición para que nos den su opinión.
 
Ustedes están aquí para ayudarnos, así que les rogamos que respondan a nuestra pregunta.
 
Estoy seguro de que no es mucho pedir.
 
A este respecto, Sr. Presidente, el año pasado, al terminar mi intervención, usted me pidió que no me dejara llevar por el pesimismo debido a la falta de avances en la descolonización de Gibraltar.
 
De hecho, usted observó con acierto que algo de fe debo de tener en el trabajo del Comité, a la vista de las distancias que viajo todos los años para dirigirme a ustedes.
 
En efecto, así es, Sr. Presidente, pero no podemos olvidar que este es el quincuagésimo quinto año de vida de este Comité. Y debo decir que ni siquiera nosotros, que les defendemos, creemos que este haya sido precisamente un año del que el Comité pueda sentirse orgulloso.
 
Mi distinguido predecesor al frente del Partido Socialista Laborista de Gibraltar, el muy apreciado Joe Bossano, ha demostrado en el discurso que pronunció en el marco del seminario organizado por ustedes en Nicaragua que las conclusiones que se registraron tras el debate sobre Gibraltar en Fiyi eran inexactas.
 
Reitero y suscribo todo lo que expresó ante ustedes el Sr. Bossano en el esclarecedor discurso que pronunció durante su seminario en Managua.
 
Adjunto una copia de su intervención como Anexo 1 de la copia impresa de mi discurso.
 
Espero sinceramente, es más, se lo demando, en nombre del Gobierno y el Pueblo de Gibraltar, que corrijan sus conclusiones para dejar claro que Gibraltar no persigue la creación de un proceso cuatripartito.
 
Esa no es la política ni del Gobierno, ni del Parlamento ni del pueblo de Gibraltar. Nuestra política es seguir apostando por el diálogo en el seno del Foro Trilateral.
 
Tampoco es la política del gobierno británico, que en repetidas ocasiones ha declarado que apuesta firmemente por el diálogo en el seno del Foro Trilateral.
 
La postura de política que han reflejado como la postura de consenso es únicamente la postura de una de las partes, el Reino de España.
 
Que ustedes hayan adoptado la postura de una de las partes como si fuera la de todas es, por tanto, tan desafortunado como sospechoso e inaceptable para nosotros.
 
Y no lo dejaremos pasar como si fuera algo consensuado o consensuable para Gibraltar.
 
Usted no puede olvidar, Sr. Presidente, que las personas cuya confianza este Comité tiene el solemne deber de honrar son los pueblos coloniales de los territorios no autónomos que quedan en el mundo.
 
 
Su labor como Presidente de este Comité debe encarnar su compromiso y sus obligaciones para con los pueblos de estos territorios. ¡ Usted debe recordar de qué lado está supuestamente!
 
Por ese motivo, leí con sorpresa y consternación un informe de la Comisión de Asuntos Exteriores del parlamento español sobre las manifestaciones Sr. Ignacio Ybáñez en las que refiere que mantuvo un encuentro privado con usted sobre Gibraltar.
 
El Sr. Ybáñez declaró al parlamento español que había mantenido un encuentro privado con usted para tratar los últimos acontecimientos en torno a Gibraltar.
 
¡Qué despropósito!
 
En primer lugar, como representante electo del pueblo de Gibraltar, me encantaría conocer el contenido completo de esa reunión para poder responder adecuadamente, ya que estoy seguro de que usted no quiere oír únicamente la versión de una de las partes.
 
En segundo lugar, le preguntaría sobre qué base aceptó usted reunirse en privado con el Sr. Ybáñez para hablar de nuestra nación. España no es la «Potencia administradora» que debe informar en virtud del artículo 73 de la Carta. Es el Reino Unido quien redacta ese informe.
 
España no representa al Pueblo Colonial. Yo sí.
 
Así pues, eso de reunirse en privado con el Sr. Ybáñez para hablar de mi patria es realmente cuestionable. Él no puede ponerle al día sobre lo que ocurre en Gibraltar.
 
De lo único de que lo puede ponerle al día es del deplorable estado actual de la reclamación española para recolonizar nuestro país.
 
Porque incluso el gobierno español actual debe de estar ya dándose cuenta de que no tienen la más mínima posibilidad de arrebatarnos nuestra soberanía.
 
¡Nunca va a pasar!
 
Aunque, obviamente, deseamos mantener una relación de amistad, respeto mutuo y beneficio mutuo con el pueblo español.
 
Pero dado que usted se reunió con el Sr. Ybáñez, quizá podía tener la amabilidad de decirme qué día y a qué hora puedo venir para mantener también un encuentro privado y comentar los últimos acontecimientos reales en Gibraltar. Concretamente, le informaría sobre las conclusiones a las que ha llegado la Comisión Europea en contra del gobierno español actual por la forma en que ha gestionado el tránsito de personas en la frontera europea entre Gibraltar y España.
 
 
Después, también le podría informar en detalle sobre el número de quejas falsas planteadas por el gobierno español actual contra Gibraltar ante la Comisión Europea, y que ésta ha desestimado.
 
Y sobre las conclusiones a las que ha llegado la OLAF, la oficina antifraude de la Comisión Europea, sobre cómo está afectando a nuestra nación el crimen organizado y el blanqueo de capitales en España. Y que los cuerpos y fuerzas de seguridad españoles no tienen permitido cooperar con los nuestros para abordar ese enorme problema que es el crimen organizado español que tenemos en nuestra misma puerta.
 
Necesitaremos tiempo, ya que tengo muchas cosas que contarle.
 
Porque es sumamente importante, Sr. Presidente, que usted no olvide a las personas cuya confianza tiene el solemne deber de honrar.
 
Yo le recordaré tantas veces como sea necesario, Sr. Presidente, que esas personas somos nosotros, el pueblo colonial. Nosotros somos las personas a las que usted representa y cuya confianza usted tiene el solemne deber de honrar.
 
A este respecto, Sr. Presidente, no quiero dejar de mencionar la importantísima RESOLUCIÓN adoptada por la Asamblea General el 5 de diciembre de 2014 «sobre la base del informe de la Comisión Política Especial y de Descolonización (Cuarta Comisión), en el documento (A/69/462)», es decir, este Comité.
 
Esta resolución está codificada con el número 69/107 y trata de la «Aplicación de la Declaración sobre la Concesión de Independencia a los Países y Pueblos Coloniales».
 
He adjuntado a mi discurso una copia como Anexo 2, para que la tenga a su disposición junto con las referencias que hago a ella, aunque estoy seguro de que la conoce bien.
 
Me gustaría extraer algunos párrafos de esta resolución.
 
La Asamblea General dice «Habiendo examinado el informe del Comité Especial Encargado de Examinar la Situación con Respecto a la Aplicación de la Declaración sobre la Concesión de la Independencia a los Países y Pueblos Coloniales sobre la labor realizada en 2014».
 
También dice «Teniendo presente su resolución 65/119, de 10 de diciembre de 2010, en la que declaró el período 2011- 2020 Tercer Decenio Internacional para la Eliminación del Colonialismo, y la necesidad de examinar los medios de determinar los deseos de los pueblos de los Territorios No Autónomos basándose en la resolución 1514 (XV) y las demás resoluciones relativas a la descolonización.»
 
El texto contiene otros considerando en los párrafos de su preámbulo antes de referir varias decisiones concretas que me gustaría recordarle.
 
En el punto 4, la Resolución de la Asamblea General «Afirma una vez más su apoyo a las aspiraciones de los pueblos bajo dominación colonial a ejercer su derecho a la libre determinación, incluida la independencia».
 
Este es un derecho sin limitaciones.
 
NO está sujeto a ninguna restricción y es aplicable a todos los pueblos que la Asamblea General y este Comité consideran pueblos bajo dominio colonial, lo que me incluye a mí y al resto de gibraltareños.
 
 
En el punto 7 (c), se le insta a que «Siga examinando la situación política, económica y social de los Territorios No Autónomos y le recomiende a la Asamblea General, según proceda, las medidas que más convenga adoptar para que las poblaciones de esos Territorios puedan ejercer su derecho a la libre determinación, incluida la independencia, de conformidad con las resoluciones relativas a la descolonización».
 
A este respecto, nuestra solicitud de opinión sobre la Constitución de 2006, a la que he aludido antes y que rige nuestro marco político en la actualidad, se convierte ahora, con todos los respetos, en un requerimiento imperativo de la Asamblea General.
 
En el punto 7 (d), la Asamblea General le conmina a USTED a que «Formule y concluya, lo antes posible y en colaboración con la Potencia administradora y el Territorio en cuestión, un programa de trabajo constructivo, caso por caso, para los Territorios No Autónomos, con objeto de facilitar el cumplimiento del mandato del Comité Especial».
 
Las únicas partes legítimas que acertadamente menciona esta decisión son este comité, la Potencia administradora y el territorio.
 
A la vista de la Resolución de la Asamblea de Seguridad, estoy seguro de que pronto se pondrá en contacto con la Potencia administradora a través de su representación permanente aquí.
 
Porque la Resolución de la Asamblea General le conmina a USTED a ponerse en contacto con nosotros para iniciar este programa constructivo.
 
Y ese paso todavía no se ha dado.
 
Yo me pongo aquí a su disposición hoy, o cuando usted quiera que viaje a Nueva York otra vez, para avanzar con ese programa que la Asamblea General le pide que empiece.
 
Si así lo desea, podemos hacerlo al mismo tiempo que mantenemos nuestro propio «encuentro privado» al estilo Ybáñez.
 
Para evitar cualquier posible confusión, he incluido los datos de contacto de mi oficina como Anexo 3.
 
Estaré verdaderamente encantando de tener noticias suyas y de iniciar el trabajo encomendado por la Asamblea General en el apartado 7 (d).
 
Pero es que hay más, Sr. Presidente, ya que el párrafo 7 (e) de la Resolución de la Asamblea General de diciembre del año pasado le INSTA a que «siga enviando misiones visitadoras y especiales a los Territorios No Autónomos de conformidad con las resoluciones relativas a la descolonización».
 
De hecho, el apartado 15 de la Resolución de la Asamblea General «Reafirma que las misiones visitadoras de las Naciones Unidas a los Territorios son un instrumento eficaz para conocer la situación de los Territorios, así como los deseos y las aspiraciones de sus habitantes, y exhorta a las Potencias administradoras a que sigan cooperando con el Comité Especial en el cumplimiento de su mandato y a que faciliten la realización de misiones visitadoras a los Territorios».
 
Como sabe, el Reino Unido también le ha invitado en el pasado a visitar Gibraltar y, por lo que sé, mantiene esa invitación.
 
 
Como representante electo del pueblo del Territorio de Gibraltar, le invito formalmente una vez más a que venga a Gibraltar. Hemos visto aquí hoy cuánta importancia conceden todos los distinguidos delegados presentes a estas visitas.
 
Este Comité ha sido invitado por los sucesivos Ministros Principales de Gibraltar, comenzando por Sir Joshua Hassan en la década de 1960, pasando por Joe Bossano en la década de 1990 y por Sir Peter Caruana antes que yo.
 
Sin embargo, ustedes ni siquiera han acusado recibo una sola vez de la invitación, y mucho menos nos han visitado. Ahora no les queda otra alternativa, en mi opinión, ya que la Asamblea General ha dejado claro en la RESOLUCIÓN 69/107 que ustedes deben continuar con las misiones visitadoras para cumplir con su mandato.
 
La Potencia administradora les ha hecho saber en el pasado que está dispuesta a ayudarles a organizar la visita. El gobierno del Territorio, que yo represento, les recibirá con los brazos abiertos.
 
Estoy seguro de que ustedes no querrán incumplir la Resolución de la Asamblea General, habida cuenta de que se les ha ofrecido plena cooperación por parte de la potencia administradora y el gobierno del territorio, como estipula la Resolución.
 
Sin embargo, en caso de que tuvieran dificultades logísticas, Sr. Presidente, voy a ir un paso más allá. Aquí tengo, Sr. Presidente, un pasaje de avión en primera clase con British Airways para que viaje de Nueva York a Gibraltar vía Londres. Se lo enviaré por correo electrónico a la Secretaría.
 
Está reservado para el 8 de septiembre de este año, para que pueda llegar a tiempo para ver por usted mismo los festejos de nuestro Día Nacional el 10 de septiembre, cuando conmemoramos la celebración del primer referéndum en el que ejercimos nuestro derecho a la autodeterminación.
 
Ya no existe ningún tipo de impedimento para su visita.
 
Queremos que usted vea y entienda nuestra realidad.
 
Y si no puede ser en esas fechas, el billete está abierto y puede cambiarse para cualquier otra fecha que le venga bien. Por favor, díganos cuándo vendrá a vernos.
 
Acordemos un programa con su secretaría.
 
Hagamos que la misión visitadora sea una realidad, como manda la Asamblea General.
 
Trabajemos juntos para hacer que la descolonización sea una realidad de una vez por todas.
 
Y hagamos que esta sea realmente una década de descolonización y éxito, y no otra década de perpetuación del colonialismo y fracaso palmario en relación con Gibraltar.
 
 
De lo contrario, Sr. Presidente, si vamos a tener que seguir viendo este compás de espera, tendrá que disculparnos por ser cada vez más pesimistas sobre el compromiso del Comité para con nuestro pueblo.
 
Demuéstrenos que estamos equivocados.
 
Acepte la invitación para venir de visita a Gibraltar.
 
Responda a nuestra petición de opinión sobre la Constitución de 2006.
 
Y colaboremos para hacer del trabajo de descolonización un ejemplo para el resto del mundo.
 
Porque no vamos a desaparecer, Sr. Presidente.
 
Vamos a seguir viniendo aquí.
 
Pero no para legitimar la inacción de su Comité en relación con Gibraltar, sino para presionarles para que actúen. Porque la descolonización de Gibraltar es una pelota que está en su campo.
 
Tengan el valor de jugarla, o pásenla a los que sí lo tenemos.

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